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DIAMANTES

Joyero de renombre internacional, Cartier representa tan sólo una parte mínima del consumo mundial de diamantes. De hecho, la mayoría de los productos joyeros no llevan un nombre de marca. Sin embargo, hemos optado por tomar la iniciativa adoptando una conducta ética ejemplar. Una opción natural, dada la reputación de Cartier y nuestro compromiso de excelencia.

Por consiguiente, la lucha contra los diamantes de sangre es una prioridad de nuestra Política de Responsabilidad Corporativa.

DIAMANTES DE SANGRE

La Organización de las Naciones Unidas define los diamantes de sangre como los "diamantes que proceden de zonas controladas por fuerzas o fracciones opuestas a los gobiernos legítimos e internacionalmente reconocidos, y que son utilizados para financiar acciones militares contra dichos gobiernos o en contradicción con las decisiones del Consejo de Seguridad".

El término apareció durante los años 1990, durante los conflictos que devastaron algunos países africanos: Sierra Leona, Liberia, Angola... Estos conflictos suscitaron una fuerte movilización bajo la égida de la ONU. Estados productores de diamantes, países importadores y exportadores de diamantes, actores de la industria del diamante y ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) quisieron contribuir a devolver la paz a las zonas en conflicto.

Su ambición: garantizar la estabilidad y el desarrollo de las economías, especialmente del sur de África, que dependen en gran medida del comercio legítimo de diamantes en bruto.

EL PROCESO DE KIMBERLEY

El Proceso de Kimberley fue iniciado en 2000 por la ONU, los Estados productores de diamantes, la industria del diamante y algunas ONGs. Su objetivo: garantizar que ningún diamante en bruto que llegue al mercado mundial sea un "diamante de sangre". Desde septiembre de 2007, el proceso de Kimberley cuenta con 54 participantes que representan a 81 países (la Unión Europea y sus Estados miembros cuentan como un único participante), es decir, la mayoría de actores de la producción y del comercio de diamantes en bruto. El proceso de Kimberley impone desde el 1 de enero de 2003 un dispositivo de certificación.

El Proceso de Kimberley estableció un sistema de certificación que entró en vigor el 1 de enero de 2003. Los diamantes en bruto deben ser exportados en contenedores sellados con certificados de origen numerados y expedidos por las autoridades. Las inspecciones son frecuentes. Todo país que actúa de manera contraria puede verse sancionado y excluido del sistema. Resultados en 2006: más del 99 % de los diamantes en bruto en circulación proceden de fuentes certificadas libres de conflicto.

SISTEMA VOLUNTARIO DE GARANTÍAS

El Sistema de Garantías complementa al Proceso de Kimberley. A diferencia del Proceso de Kimberley, también se aplica a los diamantes tallados. El conjunto de la industria del diamante se ha comprometido a apoyar la lucha contra el comercio de diamantes de sangre a través de medidas suplementarias que se aplican a la fabricación y a la venta de diamantes y artículos de joyería. Todo vendedor de diamantes tallados emite una declaración certificada escrita, que se irá transmitiendo cada vez que el diamante cambie de manos. Esta declaración certificada garantiza que el diamante procede de una fuente libre de conflicto. Figurará en las facturas emitidas en cada etapa del recorrido del diamante.

CARTIER

En Cartier, sometemos todas nuestras compras de diamantes al Sistema de Garantías desde que este esquema fue introducido en enero de 2003. Requerimos una Declaración de garantía para cada factura que recibimos relativa a los diamantes.

Los compromisos de Cartier van más allá del diamante. Descritos con detalle en nuestra Política de Responsabilidad Corporativa, se refieren a tres ámbitos (ético, social y medioambiental) y se aplican a todas nuestras líneas de productos.

Para saber más sobre la industria del diamante, le invitamos a visitar www.diamondfacts.org. Esta organización internacional tiene la finalidad de erradicar el comercio de diamantes procedentes de zonas en conflicto o que atenten contra la dignidad humana.

Cartier mantiene con sus proveedores relaciones inscritas en el largo plazo y basadas en el respeto de unos valores comunes. Trabajamos diariamente con ellos para ayudarlos a respetar los compromisos de nuestra Maison.