SAVOIR-FAIRE EN MARROQUINERÍA

Integrar un esqueleto automático en la caja del reloj Santos sin modificar las proporciones. Y, de paso, adornar la masa oscilante con una réplica en miniatura de la Demoiselle, un avión precursor concebido por el piloto Alberto Santos-Dumont en 1907.

Para Cartier, la forma es el punto de partida de todas las creaciones relojeras: el dominio de las líneas dicta la elección de la técnica.

Ir un paso más allá, superar los límites de la creatividad, cuestionar: la innovación está en el corazón de toda creación. Este impulso emblemático de la Maison preside el nacimiento de espectaculares relojes que expresan la visión del tiempo de Cartier.

Para desafiar los límites de la gravedad, Cartier ha combinado dos de sus firmas relojeras en torno a la Masse Mystérieuse: el esqueleto y el misterioso movimiento, que desde 1912 hace girar las agujas en el espacio vacío de la esfera.

Jugar con el tiempo, darle forma y hacerlo desaparecer, Cartier reinterpreta el reloj de arena, alegoría del paso del tiempo, creando una magia relojera que revela, con el mínimo gesto, su animal emblemático: la pantera, dibujada por una multitud de cuentas de oro.