Camail

El collar Camail

Cartier también observa la vida y el movimiento en la perfección de la naturaleza. El plumaje de ave se convierte en el motivo abstracto de un collar formado por cinco esmeraldas de Zambia con un total de 42,44 quilates. Una curva de diamantes cuadrados doblada con un trazo de ónix tallado en la obra, que concluye con un diamante talla pera, realza cada gema. Tras esta composición rítmica se esconde una doble proeza: la flexibilidad del collar, gracias a la integración de articulaciones invisibles, y el engaste sin garras de las esmeraldas, que parecen estar reposando.