Funcionamiento

FUNCIONAMIENTO

EL ESTUDIO DE CREACIÓN

El estudio está situado en París, en el último piso de un edificio haussmaniano de finales del siglo XIX, que a su vez forma parte de un conjunto de edificios de cristal del arquitecto Ricardo Bofill en el corazón de la capital.
Este lugar tranquilo y luminoso está imbuido de un espíritu de apertura, y da la bienvenida a la curiosidad en un ambiente cálido y dulce creado por los tonos beige y terracota de las paredes.
Este estudio es testigo de cada nueva creación Cartier. Las manos son el comienzo de todo. Esbozan la primera idea, dictada por la emoción, y a menudo la más acertada. "Un diseño en un trazo".
Creadas primero a mano, las expresiones de una idea son múltiples: gouache, rotulador o un simple lápiz. Posteriormente, toman forma en el ordenador. Rápidamente se expresan en volumen: ya sea mediante el modelado a mano o gracias al talento de los creadores 3D, binomio del día a día de los diseñadores del estudio.
Solo una vez que la idea, la representación y el volumen se dominan a la perfección desde el punto de vista estético, el creador desafía la técnica para que responda perfectamente a la alquimia de su diseño. A esta etapa la sucede una larga colaboración con los técnicos de la Manufactura, que gracias a su savoir-faire y su voluntad de ir más allá de las limitaciones ligadas al objeto acompañan a los creadores en su camino hacia la belleza.

DESARROLLO

Los diseñadores, ingenieros y especialistas en oficios relojeros tienen un único objetivo: poner el savoir-faire relojero al servicio de la estética y, si es necesario, desarrollar nuevos savoir-faire.

150 proyectos de desarrollo se realizan en paralelo. Desde los primeros bocetos hasta el producto final suelen ser necesarios dos años, pero este proceso puede ser mucho más rápido en proyectos seleccionados.

PRODUCCIÓN

En un proceso de fabricación totalmente centrado en la optimización de la calidad, los suministros y las materias primas son controlados meticulosamente. Este rigor responde a las exigencias de una política de suministro muy selectiva que Cartier define durante el desarrollo, antes de la producción.

MECANIZADO

Gracias a la tecnología más avanzada, las piezas son mecanizadas con extrema precisión. Esta exigencia de precisión es la garantía de la fiabilidad y el rendimiento de los relojes Cartier.

PULIDO/SATINADO

Este savoir-faire permite que las superficies pulidas y satinadas coexistan en la misma pieza, manteniendo las líneas depuradas que constituyen la fuerza del diseño. Pulir un reloj puede exigir hasta dos horas de trabajo manual. El acabado pulido-satinado del reloj Ballon Bleu de Cartier requiere más de 50 operaciones sucesivas.

MONTAJE

El montaje de los componentes exige una excelente destreza para preservar la calidad de los mismos y respetar todo el cuidado puesto en su fabricación. Una vez realizado el montaje, los relojes se someten a un riguroso control individual, donde la cronometría y la hermeticidad se evalúan meticulosamente.

LA FABRICACIÓN DE LOS CRISTALES MINERALES

La fabricación de los cristales minerales en relojería se apoya en la sinergia entre el savoir-faire ancestral del trabajo del cristal y la precisión relojera. La combinación de estos dos savoir-faire es cuidadosamente preservada por la Maison Cartier. Para adaptarlo a las cajas de forma de Cartier, los artesanos trabajan el cristal a más de 500°. Bajo el efecto del calor, el cristal se deforma y cobra forma en su molde. La calidad se apoya en la anticipación del enfriamiento del cristal y en la precisión de las distintas operaciones que garantizan la estanqueidad del reloj. Una decena de oficios diferentes permiten transformar el cristal en bruto en un cristal mineral con la forma característica de los diseños de Cartier. Este proceso puede durar hasta dos semanas.

LA FABRICACIÓN DE AGUJAS AZULADAS

Cartier domina el savoir-faire de la fabricación de agujas.La realización de una aguja requiere la contribución de una docena de oficios diferentes, como por ejemplo la acuñación, el corte o el pulido.

El azul de las agujas procede de la tradición relojera: antiguamente los relojes no eran herméticos, y el azulado del acero permitía proteger a las agujas de la corrosión.Las agujas son llevadas a un horno a una temperatura alrededor de 300°C durante un periodo definido con una precisión de segundos para obtener el azul característico de las agujas Cartier. En nombre de la excelencia, las agujas de los segundos, los minutos y las horas se clasifican y emparejan para que en un mismo reloj no se perciba ninguna diferencia en la tonalidad del azul.

LA FABRICACIÓN DE CAJAS DE FORMA

La forma de los relojes Cartier es característica. A cada diseño le corresponde su propio concepto, proceso de fabricación y la formación precisa de los colaboradores. De hecho, para cada forma, Cartier Horlogerie diseña y fabrica herramientas específicas.

La fabricación de una caja de forma requiere más de 50 operaciones divididas en cuatro oficios principales: estampación, mecanizado, pulido y montaje, además de todos los controles realizados entre las operaciones. La estampación consiste en formar el exterior de la caja deformando el material bajo más de 125 toneladas de presión en un molde de acero duro. A continuación, se trabaja la pieza en los equipos de mecanizado, donde las herramientas permiten eliminar material para esculpir con precisión las dimensiones de la pieza. A continuación, la mano los pulidores permite lograr los complejos acabados de los relojes Cartier: la alternancia de zonas pulidas y cepilladas se obtiene gracias a una habilidad que requiere numerosos años de formación y experiencia.