LA CULTURA DEL DISEÑO

LA CULTURA DEL DISEÑO
Tank, Trinity, Juste un Clou, Santos de Cartier, Love, Panthère o Ballon Bleu son colecciones reconocibles e inconfundibles que se basan en cuatro grandes principios creativos: la pureza de la línea, la precisión de la forma, la exactitud de las proporciones y la belleza de los detalles.

La pureza de la línea
Es el deseo de Cartier de llevar el objeto a su expresión más depurada: la estructura que permite una lectura inmediata, comprensible a primera vista. La búsqueda obsesiva de la pureza dicta el trazo que se impone como una evidencia y exige una experiencia extraordinaria.
La belleza de los detalles
Es la intuición estilística de un joyero que reconoce la belleza allá donde esté y se atreve a mostrar lo que otros ocultan. Los detalles deben tener sentido, no entran en la decoración de manera gratuita o artificial. Tienen su utilidad y Cartier no duda en reivindicarlos estéticamente.


La exactitud de las proporciones
Es el equilibrio entre la línea y la forma, el volumen y la armonía que emana del diseño. La exactitud se mide según la manera de lucir el objeto. Es entonces cuando la proporción cobra sentido, pues determina la elegancia del objeto que se inscribe con naturalidad en su contexto. Esta exactitud original permite a Cartier adaptar las proporciones de las creaciones sin desnaturalizarlas, al ritmo del paso del tiempo y según las tendencias de la época.
La precisión de la forma
Es, ante todo, su exploración. ¿Qué hacer con un cuadrado? ¿Con un círculo, un óvalo o un rectángulo? Cartier reflexiona como diseñador, evalúa los efectos de simetría, de paralelismo o de asimetría que le brinda cada forma. Invita a la perspectiva, crea profundidad, recurre a la curva para aportarles movimiento e inventa una nueva forma.


Objetos atemporales
Esta inteligencia del diseño permite que los objetos se instalen con absoluta evidencia en su época con la misma facilidad que se inscriben en el futuro. Estos objetos contemporáneos (aunque algunos son muy antiguos), atemporales, imperecederos e imprescindibles trascienden las épocas.