La mansión

La mansión

En 1909, Pierre Cartier, el menor de los tres hermanos, cruzó el Atlántico en busca de un lugar donde establecer Cartier Nueva York. La suerte llegará en forma de un excepcional collar de perlas...

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Las creaciones en Nueva York

En 1969, un viento de renovación sopló sobre Nueva York. El deseo de joyas de oro elegantes y fáciles de llevar inspiró a Aldo Cipullo, diseñador de Cartier, para crear la pulsera Love y, en 1971, la pulsera Nail, la que conocemos a día de hoy como Juste un Clou.

Descubre Juste un Clou

Érase una vez un collar...

En 1917, en busca de un lugar en Nueva York, Pierre Cartier cayó bajo los encantos de un palacete en Manhattan. La esposa de su propietario, el empresario Morton Plant, se había enamorado de un sublime collar de perlas de Cartier. Tras una transacción histórica, intercambiaron la joya por la mansión y el sueño se hizo realidad.

El espíritu Cartier

La mansión vive al ritmo de una dinámica que celebra la historia del lugar y el espíritu de la Maison. Su presencia es muy apreciada por los neoyorquinos y, de hecho, en 2001 la esquina de la Quinta Avenida con la calle 52 recibió el nombre de Place de Cartier.